Cómo cambiar el mundo
fue el enriquecimiento del poder
fastos de la necesidad moral superflua
de la divinidad ritual.
Principio. Después que pase la hora de las moscas
retomaré. O no. Depende.
Todo depende.
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En tu pelo yo anido
y en la fuerza de tus abrazos,
cada vez que encontrarme quiero.
De vuelta vengo del camino,
agazapado y encogido.
Cada vez como ahora y siempre
que me siento perdido,
en tus brazos encuentro cobijo.
Gustavo García Pradillo