Esta retahíla de versos perdidos fueron escritos alguna vez. Los guardé en un recóndito lugar de mi infinita desmemoria. Hoy salen a la luz escritos de cuando empecé a derramar tinta. Versos Perdidos sin continuidad. Palabros que existieron pero que nunca fueron. Aquí los traigo para el recuerdo, por si algún día entraran a formar parte de alguna bonita historia. La historia para la que fueron creados.
Gustavo
Tu mirada nunca es dura,
Es el crudo y puro miedo
De tu vivo y fiel reflejo en el espejo.
El que sólo evidencia tu amargura.
—–
Si a la muerte no convengo,
Con sorna le devuelvo el beso.
Mas caricias y carantoñas
Se pierde, por funesta,
La señora del manto negro.
—–
Fui rey de tierra yerma,
De patria encorajinada.
Que la vida bella no soportaba
Prefiriendo cobardía,
Corrupción y gallardía
A luchar por vivir cada día.
—–
Cuando todo es nada
Y de nada sirve volver
La vista atrás.
Cuando todo acabe
Diluyendo a la realidad,
Cuando todo surja
Por su desmesurado interés.
Entonces ahí,
Con solemnidad
Vendrás a mí,
Con toda rotundidad
A darme una «razón»
Que nada tiene que ver
Con la de la editorial.
—–
Besos raídos y oxidados
Anidan mis silencios
En las crudas noches de invierno
Bebiendo junto al fuego
Un licor que no entiendo.
Escribo grafías en papel mojado a un lado,
A otro,
Llora mi corazón asaetado.
—–
Yo que nunca nada exijo
Prefiero ser amigo
A un simple amor olvidado.
Por los siglos de los siglos
Sea así dogmatizado.
—–
Un día gris
Donde los versos lloran,
Guardo tu mirada
Para que no ande perdida
Por la inconsciencia humana.
—–
He vivido largo tiempo
En un mundo encantado
Había hadas, duendes
Seres todos de un gran valor.
No existía el odio,
La soledad ni el mal humor…
—–
Un beso tuyo es donde acaba todo
El abrigo de la aurora a la mañana
La semilla que atesoras en tu vientre,
Mi sueño, mi delirio, mi muerte.
—–
La ciudad viste sus noches
Con el rojo de un carmín
Y las luces de colores
Siempre se fijan en ti…
—–
Lascivos besos enrabietados
Mordiéndose la piel.
Llueven esta noche.
Veo danzando alrededor
Lenguas salvajes que encarnan
A su suerte,
La gran batalla campal.
“Al albur de los recuerdos
De una noche febril
Pensando en ti”.
Va el diablo a contarme
En su ardiente y vil morada
Sus andanzas al oído.
Una a una las escucho
Y sin dudarlo un instante
Le contesto con premura,
Que si tiene mal de amargura
O talante revenido,
Se deje ya de chanzas.
Me traiga ya el infierno
Que su purgatorio me divierte
Pero es muy aburrido.