¿Cuántas veces discrepé de la ocasión?
¿Cuántas veces me soliviantó la mala gestión?
¿Cuantas veces se las ingenió?
Pa’ vivir del recelo,
pa’ soñar con ese cuento
que nunca se contó.
La virgen de la locura,
dama de triste figura
que a mucho amamantó
al Dios de la incomprensión.
¡Ay, Amaltea!
Hoy gruñe y brama con valor
en aras de la incertidumbre;
que escapa de toda pasión
¡ya me dices sí o no!
¿Y el misterio de la herrumbre
oxidando el corazón?
¿Es simpleza, es solución?
Que el destino no ha razón.
Es insufrible el bochorno
en la jeta de la persona viviente,
no ponemos objeción
a inconvenientes complacientes.
¿El negro es la solución?
¿Quién puede decir que no?
Ni tú ni yo.
O sí.
O no.
Gustavo García Pradillo