Ante el embrujo de tu mirada mi voluntad se rinde y se somete,
incitante y provocadora de pecados permitidos y de miles de deseos.
Bellos sentimientos desatas, emociones múltiples con tu caricia
despiertas,
pasiones, lujurias y anhelos de tu mirada destilando fuego.
Cautivas y te adueñas de mis sentidos que ante ti se pliegan sin
oponer resistencia.
Como encantadora de serpientes hipnotizas y embelesas mi alma,
absorbes mi razón por completo y mi corazón subyugas con tu
encantamiento.
Enervante y misteriosa, sugestiva y tierna.
Presa en tu espejo me contemplo y me veo como tú me reflejas,
diosa enamorada encadenada a la seducción del intenso deseo.
Poder misterioso que sobre mi piel ejerces,
enardecidos mis sentidos se alertan
cuando tu avaricia desciende por mi cuerpo y recorre cada palmo de
mi universo.
De besos y caricias me hablas cuando de fuego tus pupilas se inflaman
y en el ardor de esa llama es la mía la que busca tu mirada,
la que provoca tu encuentro, la que te acaricia y te besa.
Mirada lasciva, cristalina y serena, lujuriosa y dialogante,
lenguaje de amantes cuando las miradas se encuentran y estallan
y se devoran hambrientas,
ávidas por expresar su amor acallando el silencio amortiguando y
seduciendo las palabras.
Imagen de la red
Hay miradas que son una vida entera, Marina! Besos todos, amiga!
Sí que lo son y lo dicen todo sin necesidad de palabras. Muchas gracias José Antonio. Besos todos y a disfrutar un montón del domingo compi!!!