las lágrimas de ayer,
aunque su pena es de hoy
Frente al lago le confesaba al agua
aquietada por la calma de la tarde
ese dolor que la aquejaba
que absorbía su tristeza,
su angustia y esa pena de ayer,
de hoy y de mañanaEl sol apenas templaba su pecho,
resquebrajado por el helado pesar
que recorría su corazón
y avanzaba en todo su cuerpo
Si esa persona que la hace llorar por la tarde
–y quién sabe cuántas horas del día-
supiera cuánto le pesa en la espalda ese sufrir,
dejaría de dormir por las noches
Al final de la jornada
se adormece con ella,
se acuesta en su cama
a recordarle cuánto sangra aún su herida
ojalá que esas lágrimas
ya no corran por su rostro,
ni por su piel ni por su pecho
El alma que provoca su pena
un alma de espinas y de barro
El alma que ella necesita
que la abrigó mientras en su rostro húmedo diluviaba
Mientras tanto su pecho permanece atravesado
Alma dolorida que a gritos pide que sea aplacado su dolor…bellas letras querida Laura. Besos todos preciosa.
Muchas gracias por tu comentario!!!