-¿Y si nos sentamos y lo hablamos todo?
-¿Y si nos sentimos ridículos?
-¿Y si ni sentamos cimientos, ni llegamos a ningún acuerdo?
-Tengo miedo.
Mucho, de todo. De lo nuestro.
-En el amor no hay acuerdos, ni cimientos, ni ridiculeces que den miedo.
Valioso el momento de sentarnos a sentirnos y dejar de buscarle problemas a los encuentros.
Tengo el don de hacerte feliz.
Tú, el misterio que busco para ayudarme a seguir.
Envolverte, engañarte y empaparme de ti.
¿Y si nos sentamos, nos sentimos y nos vivimos todos?
Déjame contagiarte mucho.
De las risas, de los lloros, de las ganas, de los logros.
Basta de distancias, de silencios.
¿Y si nos sentamos a contemplar el paraiso?
Ese que todos tenemos y nunca vemos.
Y está siempre,
justo enfrente.
A unos metros.
By Miriam Giménez Porcel