Encontré entre las tinieblas
a un perro que me señalaba
que tú, que las piedras me tiras
allá donde nace el poema.
Ahí donde duele
en lo hondo, me duele.
Me estoy haciendo viejo
a la par que me observo
en un roto espejo
¡cómo me gusta el reflejo!
Tengo el pelo largo
las gafas se gris poeta
ojos desgastados
de mirar tras tu puerta
y borré los sueños
que la imaginación me quema
al principio de un bofetón
con la palma to’ llena.
Luego calma y control
¿un motivo de guerra?
¡Que no!
Si a la par se me olvida el cartón.
Y yo, tendido bajo tu edredón
espero que llegue el bofetón…
Que no, que no quiero
un amor con cuentagotas.
Gustavo García Pradillo