Tengo un sonido perfecto
para una guitarra,
me falta buscar y buscar
la melodía adecuada
para un buen poema.
Tres acorde no más,
flauta, violín
y un tambor que marque el compás
esperando a esa voz.
Que al cantar con el alma,
de sobra merezca
cualquier premio que no llega
al valor que se tiene.
Y yo tras el telón
veo salir la voz
es ausencia viral,
se para siempre el reloj.
Todo se acaba cuando te detienes
la multitud ensordece
con su aplauso a la luna.
En el cielo fugaces estrellas
sonríen al verte
y el clímax se cierne
sobre focos de colores.
Y queda siempre el sabor
de ese sueño al mirar
detrás del escenario
cabezas y brazos saltar
por ti.
Autor de texto e imagen Gustavo García Pradillo