No fue cuestión de planearte, ni de tratos, ni rituales
Simplemente cayó el dulce hechizo
En nuestras vidas, en nuestras voces y pensamientos
En sí mismo el amor resulta ser un gran embrujo
Y tú y yo, en sus pociones dóciles y ansiosos caímos envueltos
Rodeados en una gran nube de delicado incienso
Estoy presente en las graves notas de tu boca
Estás en las ilusiones de mi alma deseosa de vivir tu tiempo
Del presente sortilegio invasivo del amor eterno
Día y noche, con los destellos lunares,
Nos amamos, nos sentimos, nos besamos
Estallando de pasión prohibida y ardiente
Elevas tu clamor al cielo al pronunciar mi nombre
Me entregas tu pensamiento y deseo a cada instante
Reclamas mi paz en tus momentos de calcitrante duda
Te amarras al brillo e insensatez de la misma luna
¿Y osas hoy en tu inconsciencia cuestionar porqué te amo?
Te atreves a azotar la pregunta cuando tú lo provocaste
Te amo porque mi hechizo alcanzó tu amor profundo
Te amo porque me quieres dentro de tu esencia para poder existir
Te amo porque, aunque lo intentes jamás podrás olvidarme
Te amo porque en mi mundo de secreto y magia etérea
Somos un sólo lucero
Somos el mismo conjuro
Somos amantes eternos
Guau!!! Qué bello amor el que aquí expresas Nora. Me ha encantado amiga. Besos muchos.
Sobre éste asunto que nos invade, caben más respuestas que preguntas. Un abrazo.
¡Maravilloso, Nora!
Por qué se ama, pues sin explicación. Sólo sucede.
Un gusto leer.
Saludos.
Gracias!!! Un abrazo