Mañana volverá a amanecer
pasados estos tiempos
que duros trotan por la ciudad.
Todo esto se olvidará,
las palmadas callarán.
Lo que otrora fuera un Olimpo,
Hades, convirtió a un virus cabrón
en multitud de muerte
tanto o más,
que hasta la guadaña se melló.
Encajados y enjaulados,
nutrientes del hastío irracional
acallando y acatando nada más.
Pero ves todo lo que sale en televisión,
muermos y fantoches,
payasos mentirosos,
repletos de ruina y ambición.
Alzadores del resurgimiento
del nuevo orden
mediaticopòlíticoclerical:
y dan ganas de llorar.
Asco y pena de país.
Y de su gente servicial.
Mañana volverá a amanecer
y nada será igual
será lo mismo de siempre.
País de pandereta.
Gustavo García Pradillo