Me dejé seducir
Sus ojos, su boca, sus manos, sus dedos, precipitándose a un infierno seguro.
Y aun así.
No tuvo duda.
Lo hizo.
Fue valiente.
Me sedujo.
Es justo, sincero, directo, maduro.
Me declaro inocente.
Ingenua.
Insaciable.
Y sin pena.
Sus labios carnosos, su rápida lengua y mirada perversa.
Mi perdición.
No pido clemencia.
Tal vez el perdón.
Mi alma inocente,
pecó en lo evidente,
cayó sin rendición.
En su mente sin prohibiciones,
en sus dulces declaraciones,
en sus livianas imitaciones.
No tuve duda.
Fui cobarde.
Me dejé seducir.
By Miriam Giménez Porcel
Cómo no dejarse seducir y fundirse en ese fuego…Bienvenida seducción querida amiga. Precioso poema Miriam!!!! Besos y abrazos todos guapísima!!!!
Besos a ti guapísima!!!
Wow. Qué hermoso.
???graciass
Imposible negarse envuelta en esa magia, Miriam.
Fascinante poema.
Saludos.
Un abrazo.
Gracias guapísima!! Me alegra que te envuelva mi poema!!! Besos Viviana!!!