Las aves de carroña cobijan el cielo azul y gris,
pasan los minutos lentamente
ya me he tomado mi primer café amargo
oscurece con la pasividad de los días
he llorado sola la muerte de hija
pronto estaré con ella.
Siento que los días pasan inexorablemente
y uno se paree al otro
ha llegado el invierno con sus lluvias delgaditas,
no he fracasado
la vida me ha dejado impasible a la felicidad.
Así dejo que pase por mi lado (tal trágica visitante)
me he sumado a los esfuerzos de vivir para comer
siento el tiempo impasible (paciente se ha ido)
en hilos de sabiduría y bondad
mi alma tiene una puerta estrecha por donde salir.
Tal vez no se quede anclada en la terrenal melancolía
ya no sé qué alegría me hace sonreír (quizás no la conozca)
así pasan las horas
entre la humedad y el sol
dicen que soy de Egipto (la reencarnación la inventamos para pensar
que tenemos otra oportunidad)
he escrito estando psicótico y en mi terrible estado
la razón no tenía sentido
estoy vestida con ropas sencillas
mi rostro se ha manchado
siento la pobreza en órbita
(la verdad es que pasó horas pensando en la muerte y sus fracasos)
he sonreído al pensarte
me he levantado de mis cenizas
puede que me levanté de esta absorta pacificidad
y de este encierro voluntario
al final solo existen palabras, mis letras
y esta brisa absorta…
Tomado de mi cuaderno de poesía el 10 de mayo de 2020. Extracto
Karem Suárez