En su beso se pierden los ojos que detestan mirar.
Insaciable siempre
con su hambre insatisfecha
un asedio de sueños inmundos te acosan,
fundiéndose en sus noches oscuras,
gélidas, infames.
Impune y sublime
siempre a la espera
de sumirte en su infinito
errante observa.
espera su sabida victoria.
@Gustavo García Pradillo