Pasaba por mis días sin amar a ser alguno
Añorando entregarme hasta entregar el alma
Y ahora que te tengo y mi vida has atrapado
Quisiera yo guardarte por siempre en lo más profundo
Cada vez que tú llegas te guardo entre sus redes
Tu esencia y tus palabras las junto y se las entrego
En este atrapa sueños testigo de lo nuestro
quedan nuestras caricias, se guarda nuestro fuego
Colgando de mi puerta, mirando nuestros encuentros
Mudo y eterno, gozando del idilio y de este juramento
solapando lo prohibido y deseando lo que viene
Siempre alerta de ver tus manos corriendo sobre mi cuerpo
Es la manera mía de guardarte junto a mí
No importa que tengas que irte
No importa que cada día muera parte de mí
Te quedas siempre a mi lado, te quedas ahí atrapado.
Lo veo moverse, igual que hacemos tú y yo
Lo veo mirarme como me miras tú
Lo siento lleno de tu alma guardándola para cuando estás aquí
Lo sé, cómplice eterno del amor que tienes al llegar aquí.
Pasarán los años
Tu invierno y el mío llegarán
Y siempre será el testigo de tu piel y mi piel
De tu amor y de mi amor
¡De nuestro otoño febril!
El otoño es. Los otoños son, para mi, la mejor estación. Preciosos versos. Un abrazo.