Aquí me tienes
como siempre,
aveces feliz,
a veces perdido.
En el tren del olvido
me quedaré
allí donde moran
los sueños prohibidos.
Como cada mañana te busco
a la deriva del camino.
Salgo a respirar tras la ventana
y no hay soplo de aire
que me huela a ti.
Hace tiempo me juré
que te encontraré
volvamos a oír el canto del gallo
la lluvia de estrellas
y seremos uno
en el manto de la hierba verde
arropados por la luna.
Gusatvo García Pradillo