Y mientras yo almaceno libros de versos en estanterías donde nos escondemos Fundo mis dedos en el acharolado papel páginas que incitan piel mientras ésta se enfría al contacto de la tinta seca. Nota como de puntillas apenas roza el resbaladizo suelo tantas veces humedecido... Relevé Estira sus gemelos arriba, bailarina en secreto Se deja elevar por palabras que navegan crestas de mil olas. Embravecidos los manantiales brotan de sus puntos y sus comas. Orgasmo no reprimido a la sombra de las copas que quisieran ser libro alumbrado por sus manos silabeado por sus ojos, explorado en su boca. Finalmente encuentro. Abrazados, no hay huecos se agolpan mil nombres en arcoíris de lomos Fotografias e imágenes imposibles de ver, apoyados unos contra otros Pero ella conoce cada uno, los ha viajado, sus lágrimas y sonrisas de ellos brotaron y se perdió en los libros que volverían a ser árbol A veces se siente culpable, por invertir en papel cuanto posee pero es que le gusta tocarlos, y pide perdón a cada tronco utilizado por no querer leer en pantallas por seguir matándolos Habrá que reprimir el deseo, Aunque nada será comparable al tacto… Acariciar páginas es seguramente un pecado, que quizás algún día le sea perdonado. Baila, despegándose del suelo, entre giros se eleva una vez más para ser vuelo @carlaestasola Madrid a día 5 de Mayo de 2017 a las 16:00
Precioso e inspirador 🙂